Las infecciones del tracto urinario (ITU) en
el hombre son cuatro veces menos frecuentes que en las mujeres por una razón
puramente anatómica. La uretra de la mujer es mucho más corta que en el varón y
es más fácil el ascenso de las bacterias hasta la vejiga causando infección.
Por lo general, las bacterias que penetran en el sistema urinario son
expulsadas antes de que puedan causar síntomas. Sin embargo, cuando superan la
barrera defensiva se presenta la infección.
En el varón, las bacterias suelen ser
resistentes a varios de los antibióticos y es preciso hacer pruebas exhaustivas
con el fin de elegir adecuadamente el antibiótico o poner un tratamiento
adecuado que corrija otros factores que incrementen el riesgo de sufrir una
infección urinaria.
La principal causa son los gérmenes o las
bacterias. Y los factores que pueden favorecer las infecciones son: diabetes,
mala evacuación de la orina, prostatitis, sondas, edad avanzada, especialmente
quienes padecen enfermedades neurodegenerativas, cálculos renales, beber
insuficiente cantidad de agua, inflamación de la uretra, etc., y una
deficiencia del sistema inmunológico.
Los síntomas más frecuentes son ardor o
dolor al orinar, orina turbia de olor fuerte, presencia de sangre en la orina,
necesidad frecuente e intensa de orinar aunque se elimine muy poca orina, dolor
lumbar, tenesmo (vaciamiento incompleto o sensación de vaciamiento incompleto),
fiebre, escalofríos, etc.
Las consecuencias de una infección no
tratada pueden ser graves. Entre ellas se cuentan la sepsis (infección que pasa
a la sangre), daños crónicos en el riñón, insuficiencia renal e hipertensión.
Ante los primeros síntomas es aconsejable
acudir al médico para evitar cualquier complicación y para eliminar completamente
los gérmenes. Es importante tener en cuenta que en el hombre las infecciones
urinarias son más resistentes y que se pueden volver a desarrollar con mayor
facilidad.
La medicina tradicional china aborda este
problema desde una perspectiva más amplia. No sólo aplica en primer lugar una
purgación o eliminación de los agentes patógenos según sus propios criterios,
sino que después se ocupa del factor que ha propiciado la infección. Esto puede
ser una acúmulo de tóxicos (Humedad) en el Jiao Inferior, o de Calor tóxico, o
de bloqueo hepático, o de insuficiencia de la energía de Riñón y/o de Bazo, o
de un sistema defensivo deprimido incapaz de hacer frente a los múltiples
gérmenes a los que estamos expuestos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario