lunes, 10 de febrero de 2014

Infección urinaria (ITU) en el hombre


Las infecciones del tracto urinario (ITU) en el hombre son cuatro veces menos frecuentes que en las mujeres por una razón puramente anatómica. La uretra de la mujer es mucho más corta que en el varón y es más fácil el ascenso de las bacterias hasta la vejiga causando infección. Por lo general, las bacterias que penetran en el sistema urinario son expulsadas antes de que puedan causar síntomas. Sin embargo, cuando superan la barrera defensiva se presenta la infección.

En el varón, las bacterias suelen ser resistentes a varios de los antibióticos y es preciso hacer pruebas exhaustivas con el fin de elegir adecuadamente el antibiótico o poner un tratamiento adecuado que corrija otros factores que incrementen el riesgo de sufrir una infección urinaria.

La principal causa son los gérmenes o las bacterias. Y los factores que pueden favorecer las infecciones son: diabetes, mala evacuación de la orina, prostatitis, sondas, edad avanzada, especialmente quienes padecen enfermedades neurodegenerativas, cálculos renales, beber insuficiente cantidad de agua, inflamación de la uretra, etc., y una deficiencia del sistema inmunológico.

Los síntomas más frecuentes son ardor o dolor al orinar, orina turbia de olor fuerte, presencia de sangre en la orina, necesidad frecuente e intensa de orinar aunque se elimine muy poca orina, dolor lumbar, tenesmo (vaciamiento incompleto o sensación de vaciamiento incompleto), fiebre, escalofríos, etc.

Las consecuencias de una infección no tratada pueden ser graves. Entre ellas se cuentan la sepsis (infección que pasa a la sangre), daños crónicos en el riñón, insuficiencia renal e hipertensión.

Ante los primeros síntomas es aconsejable acudir al médico para evitar cualquier complicación y para eliminar completamente los gérmenes. Es importante tener en cuenta que en el hombre las infecciones urinarias son más resistentes y que se pueden volver a desarrollar con mayor facilidad.


La medicina tradicional china aborda este problema desde una perspectiva más amplia. No sólo aplica en primer lugar una purgación o eliminación de los agentes patógenos según sus propios criterios, sino que después se ocupa del factor que ha propiciado la infección. Esto puede ser una acúmulo de tóxicos (Humedad) en el Jiao Inferior, o de Calor tóxico, o de bloqueo hepático, o de insuficiencia de la energía de Riñón y/o de Bazo, o de un sistema defensivo deprimido incapaz de hacer frente a los múltiples gérmenes a los que estamos expuestos.

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