Los trastornos del sueño afectan a un tercio
de la población en algún momento de su vida. Pero más de un 10% lo sufren de
forma crónica.
El insomnio, además de la incapacidad para
conciliar el sueño y mantenerse en vela durante gran parte de la noche, incluye
dificultad para mantenerlo, despertarse a menudo durante la noche, no alcanzar
el sueño profundo que es el reparador o despertarse y desvelarse muy temprano.
Las causas son múltiples: dietéticas,
estrés, ansiedad, exceso de trabajo y cansancio, efectos secundarios de algunos
medicamentos, preocupaciones, etc.
Y las consecuencias de descansar mal o no
hacerlo pueden ser depresión, falta de concentración, crispación, obviamente
cansancio, somnolencia diurna, ansiedad y desorientación. La alteración de los biorritmos
propios de la especie humana, como de cualquier especie, conlleva consecuencias
devastadoras físicas y psíquicas.
El tratamiento que suele recomendarse consiste por lo general en
medidas preventivas como cenar pronto y ligero, evitar el ejercicio intenso
antes de acostarse, evitar las preocupaciones a la hora de dormir, regular los
horarios, controlar los excitantes como café, alcohol y dulces entre otros. Pero
el tratamiento que termina por aplicarse en la mayoría de los casos es
farmacológico. Ansiolíticos como el orfidal y una entre una larga lista de
benzodiacepinas y otros de nueva generación no-benzodiacepínicos son el recurso
casi único que se emplea para regular el sueño. En muchas ocasiones se consigue
a base de emplear estos medicamentos hipnóticos con fuertes efectos secundarios
y adictivos.
La medicina tradicional china no aplica el
mismo protocolo de tratamiento para todos los casos de insomnio. Es preciso
averiguar la etiología y el síndrome raíz que está produciendo el efecto de
alteración del sueño para darle una solución satisfactoria.
No se puede tratar con los mismos puntos de
acupuntura, la misma fitoterapia china o los mismos consejos dietéticos el
insomnio de una persona que está muy nerviosa, irritable, agitada, con apetito
voraz y dolores de cabeza cortos pero intensos por ejemplo, que a otra persona
que se siente agotada, sin fuerzas, con pensamientos recurrentes, etc.
Los tratamientos únicos e iguales sólo
actúan sobre los síntomas o los signos y es preciso hacerlo sobre la raíz. Por
esta razón, la medicina china no puede ofrecer un protocolo universal para
todos aquellos que tienen dificultades para dormir. Es preciso actuar en cada
caso concreto.
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