martes, 19 de marzo de 2013

Contracturas musculares y tendinitis



Se define como contractura muscular a la contracción prolongada de carácter pasajero o permanente que afecta a uno o más grupos musculares sin que exista lesión de sus fibras.

Se caracterizan por cursar con dolor localizado, que puede irradiarse y que en muchas ocasiones impide el movimiento parcial o completo. También es palpable un endurecimiento del músculo y suelen localizarse en espalda, principalmente en la zona superior, y el cuello.



Se define como tendinitis (tendonitis) a la inflamación de un tendón. Es decir, de la banda de tejido conectivo denso que conecta el músculo con el hueso. Esta lesión es dolorosa, limita la fuerza y el movimiento. Su recuperación es larga y si no se tarta se cronifica dando lugar a un dolor sostenido en el tiempo o a sucesivas crisis recurrentes. Según su localización y el tendón afectado recibe un nombre específico. Son habituales en el codo, muñecas, tobillo, hombro, etc.



Las causas reconocidas de estas lesiones son el cansancio, el mal entrenamiento deportivo, una mala alimentación, el estrés y el nerviosismo, las malas posturas, un estiramiento brusco o un traumatismo.



El tratamiento básico consiste en reposo activo, masaje específico y estiramientos, ultrasonidos, termoterapia y en algunos casos de tendinitis graves y crónicas, la intervención quirúrgica.

En Medicina Tradicional China, además de lo anteriormente citado se emplea la acupuntura y la aplicación de ventosas con excelentes resultados.



Sin embargo, hay una cuestión que suele pasarse por alto. Es imprescindible, en caso de sufrir habitualmente contracturas y problemas de tendinitis, examinar el estado de los órganos internos según los principios de la medicina tradicional china. Porque si existen disfunciones internas no se logrará un resultado óptimo a menos que se corrijan. De este modo si se observa una insuficiencia Yin de Hígado o Riñón probablemente existirá debilidad de tendones así como otros síntomas aparentemente no relacionados. Y si existe una insuficiencia de Bazo probablemente no se generará una sangre capaz de nutrir bien los músculos. Es decir, en los casos crónicos hay que averiguar si hay una causa subyacente a las habitualmente consideradas como el ejercicio, el cansancio, la repetición de movimientos, etc.



Una vez determinado el origen es posible tratar integralmente el problema y no sólo en su sintomatología.

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