domingo, 8 de diciembre de 2013

Trastorno de ansiedad generalizado (TAG) y su evolución hacia fobias, pánico y trastorno obsesivo-compulsivo


Cuando una persona sufre durante largo tiempo un trastorno de ansiedad generalizado y no busca una salida terapéutica o vive unas circunstancias que no le permiten un margen para el cambio –o así las percibe-, es muy posible que los síntomas se agudicen y se produzca un bloqueo o colapso psíquico. Este proceso de evolución negativa se hace patente cuando al estado de ansiedad se le añaden fobias, como por ejemplo la fobia social, que es una deriva frecuente en los estados crónicos de ansiedad. Estas personas sufren un aumento de los síntomas sólo de pensar que estarán en un espacio con más personas y, cuando realmente se encuentran en el momento, su agitación se intensifica hasta desencadenar en muchos casos un ataque de ansiedad. También se cuentan entre las fobias más comunes: la agorafobia o fobia a los espacios abiertos y la claustrofobia o fobia a los espacios cerrados.


Otra forma de evolución del estado de ansiedad es el trastorno de pánico en el que la angustia, la preocupación, el nerviosismo y el miedo dan paso a un estado en el que es complicado mantener el control y se manifiesta en forma de crisis.


El trastorno obsesivo-compulsivo es otra forma de colapso de modo que la ansiedad deriva en comportamientos compulsivos o pensamientos constantes, repetitivos y torturantes.


El estado de ansiedad, que se ha podido diagnosticar, es decir, que se sufre durante un mínimo de seis meses es preciso tratarlo para evitar que evolucione hacia alguna de las múltiples complicaciones psíquicas. De sufrirse ya estas fobias, pánico u obsesiones todavía es más necesario buscar ayuda. No obstante, la inmensa mayoría de personas que alcanzan estados de ansiedad intensos buscan por sí mismas ayuda porque el desarrollo normal de sus vidas cotidianas se ve afectado.


Un estado de ansiedad se traducirá en un desequilibrio orgánico según la medicina tradicional china. Cada órgano tiene una emoción asociada, la exacerbación de alguna de ellas, como el miedo, la frustración, la pena, las preocupaciones, provocará una alteración de las funciones del órgano correspondiente y afectará su relación con los demás órganos. Esa alteración seguirá incrementando de forma negativa la emoción alterada como si se retroalimentase. La acupuntura, la fitoterapia, la dieta y el ejercicio resultan muy beneficiosos para tratar estos trastornos. En muchos casos se hace indispensable además una terapia psicológica adecuada que contribuya a restablecer el equilibrio mental y emocional.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Crisis de angustia. Ataque de ansiedad.



Se caracteriza por un episodio de inicio brusco y que alcanza su máximo en un plazo muy breve, de unos pocos minutos y que debe presentarse con, por lo menos, cuatro de los siguientes síntomas:


Palpitaciones

Escalofríos, sofocaciones y sudoración

Temblores

Mareo o vértigo

Náuseas y dolor o molestias abdominales

Sensación de ahogo

Sensación de hormigueo

Sensación de perder el control

Necesidad de escapar

Percepción de las cosas como irreales

Miedo a morir con sensación de peligro y muerte inminentes


Este trastorno se puede presentar a modo de repetidas crisis frecuentes o a modo de crisis esporádicas pero especialmente intensas. Suelen ir seguidas de un periodo de gran inquietud ante la perspectiva de volver a reproducir otro episodio. Muchos afectados desarrollan una predisposición a que les ocurran cuando prevén determinadas situaciones o se encuentran en circunstancias y contextos similares.

(TAG) Trastorno de ansiedad generalizado y vacío existencial


El trastorno de ansiedad generalizado se asocia a las condiciones de vida que se desarrollan en las sociedades modernas y tecnológicas, caprichosas, inestables y aceleradas.


Lo cierto es que estamos sometidos a una intensa presión psíquica por las propias circunstancias laborales, familiares y las obligaciones que se nos exigen, a lo que hay que añadir que somos el blanco de un implacable e insaciable monstruo comercial que nos bombardea incesantemente para mantenernos en un estado de deseo, excitación y necesidad… compulsión y ansiedad.


Estamos constantemente recibiendo estímulos que nos obligan a permanecer en el sistema simpático, en el que apenas se reflexiona, sino que se actúa, se toman decisiones rápidas, presentes y sin contemplar más allá. El placer que se comercializa, que nos incitan a desear, debe ser inmediato, hedonista y concupiscente. Todo ello nos instala en un estado que relega lo espiritual a la mínima expresión y en este punto se produce una de las más graves fracturas del ser humano.


Para entrar en contacto con nuestra alma, para discernir lo importante de la vida, para sopesar lo que verdaderamente queremos y nos conviene en nuestras vidas necesitamos hacer introspección, justo lo que impide el sistema en el que estamos inmersos. Necesitamos entrar en el sistema parasimpático para poder ver las cosas claras, con perspectiva, con desapego, sin pulsión y con tranquilidad; y para aprender a apreciar el placer de la obra bien hecha, de la entrega, el esfuerzo, la voluntad y la recompensa merecida.


Se dice que la ansiedad se produce por el estrés y también por la ausencia de norte existencial, pero en muchas ocasiones la desorientación y la pérdida de la razón vital ocurre como consecuencia del estado ansioso sostenido en el tiempo, de modo que no tenemos el momento para mirar hacia dentro y, si lo tenemos, no nos sirve porque seguimos manteniéndonos en ese estado de alerta y estrés aunque no exista ya el estímulo externo. Esta es una de las características de la ansiedad, el estado de alerta sin motivo, el miedo o el pánico sin objeto.


La medicina tradicional china no proporciona una razón vital, eso es algo que uno mismo debe encontrar, muchas veces con ayuda psicológica o por otras vías, pero sí puede ayudar a regular y asumir un equilibrio entre el estado de ansiedad y el de relajación. La fitoterapia china y la acupuntura son muy útiles para regular la relación de los órganos internos, dispersar la agitación en primer lugar y tonificar la base esencial para, de este modo, llevar una vida lo más lúcida y completa posible.

Trastorno de ansiedad generalizado (TAG) y sus síntomas físicos



El TAG tiene un diagnóstico complejo porque no muestra síntomas radicales y patentes como por ejemplo ataques de pánico o crisis agudas de angustia injustificadas. Sin embargo, en nuestras sociedades los individuos estamos sometidos a constante estrés y presión, a preocupaciones y ocupaciones de todo tipo y a todas horas, a un ritmo acelerado y trepidante que somete a nuestro sistema nervioso a una alerta constante, es decir, a un estado que nos obliga a mantenernos en el sistema simpático (lucha, huida, alerta) y relega al parasimpático (recuperación, descanso, digestión, sueño, etc.). Este estado, además, propicia un vacío existencial que a los seres humanos nos resulta devastador, más incluso que cualquier cosa que provenga del exterior.

Poco a poco, sin darnos cuenta, asumimos un estado de ansiedad cuyo primeros estadios se definen hoy en día como TAG (trastorno de ansiedad generalizado) pero que pueden derivar a medida que se agudizan los síntomas y se hace crónico en trastornos de pánico, trastornos obsesivos-compulsivos, fobia social y fobias de cualquier índole además de diversos trastornos de estrés como el TEPT (trastorno de estrés postraumático).

Si existe la coincidencia de varios de los siguientes síntomas junto a exceso de preocupaciones durante al menos 6 meses, se puede determinar que existe un estado de ansiedad en el individuo. Aunque se puede puntualizar que sufrir alguno de estos síntomas no implica necesariamente un estado de ansiedad. Por separado pueden obedecer a otras causas.

Insomnio
Extremidades frías
Tensión muscular
Irritabilidad y agitación
Trastornos digestivos
Diarrea
Náuseas
Sudoración
Cansancio
Nudo en la garganta

Insomnio y trastornos del sueño




Los trastornos del sueño afectan a un tercio de la población en algún momento de su vida. Pero más de un 10% lo sufren de forma crónica.

El insomnio, además de la incapacidad para conciliar el sueño y mantenerse en vela durante gran parte de la noche, incluye dificultad para mantenerlo, despertarse a menudo durante la noche, no alcanzar el sueño profundo que es el reparador o despertarse y desvelarse muy temprano.

Las causas son múltiples: dietéticas, estrés, ansiedad, exceso de trabajo y cansancio, efectos secundarios de algunos medicamentos, preocupaciones, etc.

Y las consecuencias de descansar mal o no hacerlo pueden ser depresión, falta de concentración, crispación, obviamente cansancio, somnolencia diurna, ansiedad y desorientación. La alteración de los biorritmos propios de la especie humana, como de cualquier especie, conlleva consecuencias devastadoras físicas y psíquicas.

El tratamiento que suele  recomendarse consiste por lo general en medidas preventivas como cenar pronto y ligero, evitar el ejercicio intenso antes de acostarse, evitar las preocupaciones a la hora de dormir, regular los horarios, controlar los excitantes como café, alcohol y dulces entre otros. Pero el tratamiento que termina por aplicarse en la mayoría de los casos es farmacológico. Ansiolíticos como el orfidal y una entre una larga lista de benzodiacepinas y otros de nueva generación no-benzodiacepínicos son el recurso casi único que se emplea para regular el sueño. En muchas ocasiones se consigue a base de emplear estos medicamentos hipnóticos con fuertes efectos secundarios y adictivos.

La medicina tradicional china no aplica el mismo protocolo de tratamiento para todos los casos de insomnio. Es preciso averiguar la etiología y el síndrome raíz que está produciendo el efecto de alteración del sueño para darle una solución satisfactoria.

No se puede tratar con los mismos puntos de acupuntura, la misma fitoterapia china o los mismos consejos dietéticos el insomnio de una persona que está muy nerviosa, irritable, agitada, con apetito voraz y dolores de cabeza cortos pero intensos por ejemplo, que a otra persona que se siente agotada, sin fuerzas, con pensamientos recurrentes, etc.

Los tratamientos únicos e iguales sólo actúan sobre los síntomas o los signos y es preciso hacerlo sobre la raíz. Por esta razón, la medicina china no puede ofrecer un protocolo universal para todos aquellos que tienen dificultades para dormir. Es preciso actuar en cada caso concreto.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Ansiedad, las preocupaciones y los trastornos digestivos

Las preocupaciones excesivas son características de los trastornos de ansiedad. Esto es ampliamente conocido, pero lo que se acostumbra a pasar por alto es el importante papel que juega el órgano Bazo según la medicina tradicional china en este aspecto tan general y torturante de la ansiedad.

El Bazo tiene relación directa con el intelecto y la mente de tal modo que un exceso de preocupaciones lo daña, pero también hay que contemplar el camino inverso: un Bazo en insuficiencia repercutirá a nivel psíquico con un exceso de pensamientos y preocupaciones y se terminará "dándole muchas vueltas a las cosas".

Como el Bazo atesora el poder digestivo, las digestiones se verán afectadas apareciendo diversas molestias asociadas como digestiones lentas y pesadas, crisis diarréicas, heces sueltas, etc.

En el trastorno de ansiedad también se destacan afecciones digestivas aunque no todas se puedan atribuir al Bazo, la relación es imprescindible tenerla en cuenta.